En este mes de noviembre en “nayuujk” queremos compartir el mundo de los muertos a través de la voz y la práctica de los vivos ayuujk, en realidad no sólo lo vivimos los ayukjää’y sino de todos los pueblos herederos directos e indirectos de la región de mesoamérica. En el suplemento la Ojarasca de la Jornada en enero de 2006 Juan Carlos Reyes Gómez (Kaas) escribió un pequeño texto bajo el título de: “Tuk it ets ja tuk it, Este mundo, el otro mundo”. El artículo comenzaba con un poema de Netzahualcóyotl que entre otras cosas plantea la levedad y la brevedad de la vida que tenemos en este mundo. Kaas nos recuerda que Tääy-Jëkëëny son una dualidad de energías como fin y principio de la vida y del mundo mismo. Fueron los que crearon los primeros habitantes del mundo, pero también fueron ellos que hicieron la vida sea leve y eterna a la vez.
Los primeros äp, abuelos y abuelas comenzaron la vida y la muerte, una dualidad inherente e irrefutable del mundo y de la energía Tääy-Jëkëëny. Todos los que descendemos de esos primeros abuelos y abuelas y los que descenderán de nosotros, en todo momento de nuestra levedad en este mundo estamos acompañados del ‘yëypyë y el kya’ëypyë, el bien y el mal; somos bien y mal a la vez, orden y caos dirían los filósofos griegos.
En el mes de noviembre aquellos que han pasado al ja tuk et regresan a este mundo para visitarnos. El primero de noviembre atendemos a nuestros visitantes que se fueron al otro mundo sin haber alcanzado la juventud y la vejez. El dos atendemos a quienes se fueron adultos y maduros. A ambos, les ofrecemos comida y bebida: tamales, galletas, dulces, chayote, naranjas, jugo chilacayota y por su puesto mezcal y tepache, casi todo lo que consumían en este mundo. También podemos ofrecerle coca-cola, corona o una rubia superior, seguro que lo aceptarán con gusto.
La manera de prepararnos no comienza en el armado del altar, comienza cuando el flor de cempasúchil o cempaxóchitl, tsempe’x jets makpijy en ayuujk, se siembra en las terrazas, también sabemos que cuando el tsä’ätpë, gusano medidor aparecen en montón es que los äp están próximos a visitarnos. Nuestra vida en este mundo es semejante a la flor de cempasúchil, brota de un color amarillo destellante, una luz que cubre todo el campo con olor penetrante pero agradable. Esta metáfora que nos ofrece la flor, nos muestra la levedad y eternidad de la vida. La flor nacerá, brotará y se apagará una y otra vez.
Nayuujk.com y el colectivo nayuujk no somos la excepción de la levedad. Y en esta levedad queremos seguir compartiendo diversas expresiones, que nos endulcen o nos amarguen la vida. Para ello, en este mes el katsy y el joot de nayuujk se renueva para todos nosotros y nosotras.